BUSCANDO LA AUTÉNTICA FELICIDAD
En la actualidad, las personas buscan intensamente encontrar la felicidad; se ha convertido en un tesoro muy preciado para muchos.
Hágase esta pregunta ¿Dónde estoy buscando mi felicidad? Quizás en viajes, personas, títulos, éxito laboral, bienes y si no es ninguno de estos, por favor, póngale nombre.
Este tipo de felicidad es considerada como algo pasajero, una emoción que no trasciende a lo eterno.
” Porque lo visible es pasajero, pero lo que no se ve es para siempre” 2 Corintios 4:18.
Cuando esta supuesta felicidad tarda o no llega a las personas, se generan las enfermedades de este siglo: estrés, ansiedad y depresión. La ciencia revela que estos estados hacen que el sistema inmunológico decaiga e inclusive que el tamaño de los cromosomas disminuya. Definitivamente ser felices ayuda a gozar de salud y vivir más años.
¡Dios diseñó al ser humano para que sea feliz!
Dios creó a Adán y a Eva para que vivan en el Edén, ellos lo tenían todo para ser felices en aquel lugar, pero se descuidaron de lo más importante, de su relación con Dios, por ello pecaron y fueron expulsados del Edén. Desde la fundación del mundo, la humanidad ha buscado en lugares equivocados la felicidad:
“Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: ¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz” Lucas 12:15.
La auténtica felicidad no se la encuentra en objetos o en personas, sino, solamente en Cristo y permaneciendo cerca de Él:
“Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!” Salmos 16:11
Jesús es el camino, la verdad y la vida… (Jn14:6) Él es el camino a la felicidad en medio de cualquier adversidad o circunstancia difícil.
“Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará” Mateo 5:4
La auténtica felicidad depende del sentido que le dé a la vida que Dios le ha regalado; viviendo agradecido por lo que tiene y no afanado por lo que le falta.
La auténtica felicidad consiste en vivir el presente sujetados de la mano de Jesús, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión el futuro glorioso que tiene Dios para cada uno de sus hijos.
Autor: Mariel Andrade Mejía